- Título: El tiempo como enemigo.
- Autor: Darío Vilas.
- Editorial: Base.
- Año de publicación: junio de 2015.
- Género: Narrativa contemporánea.
Sinopsis:
Un mensaje recibido en su teléfono móvil empuja a Carlos a un duelo contra el tiempo. Desde la desaparición de su novia, dos años antes, ha estado esperando que una pista apareciera en su horizonte y por fin ha sucedido. Tirando de ese hilo invisible llega hasta Vigo, donde se reunirá con su mejor amigo y socio en un turbio negocio. También conocerá a Dena, la enigmática chica portuguesa que le alquila el piso en el que se alojará durante su estancia en Galicia, y en el que el fantasma de una niña y su misterio lo aguardan, interfiriendo su búsqueda personal y mostrándole que a veces a la verdad le gusta hacer ejercicios de funanbulismo, arriensgándose a caer por su propio peso.
Opinión personal:
Conocí a Darío Vilas, como autor, gracias a la antología de terror Fantasmagoria, ya reseñada aquí con anterioridad. y aunque, si bien es cierto, que un relato corto no puede abrirte de par en par el insondable mundo creativo y estilístico de un autor, sí puede llevarte a forjar una idea de por dónde discurre su "hacer" como creador de historias; pero debo confesar que con esta novela me ha sorprendido y he debido rehacer el concepto que de él me había fabricado.
El tiempo como enemigo es una novela corta, escrita con un estilo sumamente directo y sin cortapisas, en la que el narrador se dirigirá en todo momento a un lector que se verá participando en primera persona de los acontecimientos que se irán sucediendo.
Como ya he dicho, esperaba encontrar una historia de fantasmas al uso, dotada, eso sí, de la narrativa un tanto perturbadora de la que creía caracterizarse al autor, y respecto a esto último no me sentí decepcionada, el estilo de Vilas es personal, frío y sin paños calientes. No estamos ante una narración sobre entes espectrales, es una historia de incertidumbres, de sentimientos, de heridas que el tiempo parece empeñado en no sanar y de cómo las personas tratamos de inventar nuestras propias alternativas para hacer menos real lo real, y por tanto más llevadero.
No hallarás una lectura frenética, ni plagada de acontecimientos que te mantendrán en vilo de principio a fin, pero cerrarás el libro con la sensación de no poder ya jamás desprenderte de un fantasma, del tuyo, el mío y a fin de cuentas, el que todos, sin excepción, cargamos a la espalda.
María Martínez Ovejero.
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